Por fin están conociéndose las condiciones en las que se aplicará el
Protocolo de Kioto en España. Para los menos enterados explicaré de
forma simple de que va el tema:
La UE se ha comprometido a emitir una cantidad determinada de CO2 y ha
asignado a cada país unas toneladas de CO2 que podrán emitir. A algunos
países les sobran toneladas (Alemania), otros tienen las que les hacen
falta (Francia) y a otros les faltan bastantes (España). Una vez conocidas
las cantidades de CO2, el Gobierno Español las reparte entre las distintas
instalaciones que emiten este gas (no entre las Empresas, sino entre
las fábricas). Aquellas instalaciones que necesiten emitir más de lo que
les ha tocado, tendrán que comprar derechos de emisión en un mercado libre.
Como si se tratara de combustibles, de energía eléctrica o de materias primas.
Para sectores como el Acero, esto supone un riesgo muy serio de cierre de
instalaciones y pérdida de empleos.
La verdad. A mi me parece muy bien que los europeos seamos güays. Que
el medio ambiente importe. Que no queramos que el CO2 se emita en nuestros
países, aunque lo emitan los Coreanos y los Rusos y los Americanos y
los Australianos. Pero creo que los Europeos, si somos tan güays deberíamos
asumir esa decisión que hemos tomado de forma solidaria. Es decir, que
nuestros afanes verdes no perjudiquen ni a nuestras empresas ni a sus
trabajadores.
¿Cómo? Creando un IVA verde.
Ejemplo 1: El papel Albal del Bocata.
La Empresa Bauxitas Talavera necesita para llevar a cabo la extracción
de Bauxita de sus minas comprar X EUR en derechos de emisión de CO2. Luego
vende la tonelada de Bauxita a Laminados de Aluminio Pérez, que paga el
precio de la tonelada más los X EUR de derechos que le han hecho falta a
Bauxitas Talavera. A Laminados de Aluminio Pérez, le hace falta comprar
Y EUR en derechos de emisión de CO2 para transformar el mineral en cintas
de papel de aluminio y le venderá los rollos de papel Albal a Eroski a su
precio más X más Y. Finalmente, nosotros, cuando compremos el papel de
aluminio para envolver el bocata, asumiremos lo güays que somos pagando
la parte proporcional de X e Y. Con eso solucionamos el problema que
nuestra decisión de no emitir gases de efecto invernadero supone para nuestras
empresas y sus trabajadores. Problema. Un carguero procedente de
Malasia atraca en el puerto de Santander con un cargamento de papel de aluminio a un precio X+Y EUR inferior al del Papel de Aluminio Pérez. ¿Qué hacemos? ¿Les imponemos una tasa por emitir CO2? Es una opción. Problema: Un tren cargado de papel de aluminio alemán entra por la frontera de Irun a un precio 2(X+Y) veces inferior al de Aluminios Pérez. Aquí nos han jodido. Los
políticos
Alemanes negociaron sus cuotas de emisión mejor que los Españoles. El
precio es 2 veces X+Y inferior al precio español porque los derechos de
emisión que compramos eran alemanes. Luego el coste del papel Albal alemán es X+Y inferior porque la empresa alemana ha obtenido esa cantidad vendiendo
sus derechos y vuelve a ser X+Y superior porque la empresa española los ha
tenido que comprar.
Ejemplo 2: La factura de la Luz de casa.
Tenemos dos proveedores de energía eléctrica. El proveedor A genera
dicha energía según el siguiente Mix: 50% energía nuclear, con un coste cero
en derechos de emisión, 25% Energía Hidroeléctrica con un coste cero en
derechos de emisión, 25% Energía térmica convencional, con un coste X.
El proveedor B genera la energía de la siguiente manera: 75% Energía
Térmica convencional, con un coste 3X, 25% Energía Hidroeléctrica con un coste de CO2 cero.
Lógicamente, la energía que nos venda B será más cara que la que nos
venda A. Así que o B cambia sus fuentes de generación, o perderá cuota de
mercado. Esto, hoy en día no puede ocurrir, porque el precio de la energía
eléctrica está fijado por el gobierno y porque la construcción de centrales
nucleares esta prohibida.
Problema. Electricité de France (EDF) nos vende la energía eléctrica
con un sobrecoste cero. Por dos motivos, primero porque la genera en Centrales Nucleares y segundo porque posee los derechos de emisión que le hacen falta y no necesita comprar ninguno más. Los políticos Franceses negociaron bien y los Españoles mal.
En ambos casos, lo que propongo es que seamos nosotros, los ciudadanos,
los que paguemos con euros nuestra decisión güay de no emitir CO2. A ver si
así nos damos cuenta de que el Medio Ambiente supone dinero. Que tener el
aire acondicionado del salón a 20ºC en vez de a 21ºC supone mucha pasta y
muchas toneladas de CO2. Que tirar el papel Albal del bocata supone mucha
pasta y muchas toneladas de CO2, que consumir la coca-cola en latas de 33cl en vez de en botellas de 2 litros supone mucha pasta y muchas toneladas de
CO2. Que ir en coche tu solito a trabajar supone mucha pasta y muchas toneladas de CO2, etcétera, etcétera, etcétera.
De todas formas, nuestra decisión de ser güays va a traer
consecuencias. Porque en mercados libres estamos aumentando los costes de las empresas Españolas que tendrán que competir a nivel mundial con empresas de otros países a los cuales sus ciudadanos o sus políticos no les han impuesto ese sobrecoste. Que nadie diga que no lo sabía.
Muy instructivo, pero al final, como siempre, el que paga los sobrecostes, las ganancias de los intermediarios y la falta de poder de negociación de nuestros políticos somos los ciudadanos de a pie.
Escrito por juggler a las 12 de Julio 2004 a las 04:07 PMy toda esta chapa (con perdón) se te ha ocurrido a ti solo? y a esas horas de la mañana, virgen santisma, a esas horas de la mañana yo soy solo capaz de hacer frases conjuntivas. las subordinadas ya me ponen el sistema en bloqueo...
Escrito por mogkumo a las 12 de Julio 2004 a las 09:18 PM